lunes, 23 de mayo de 2011

Lunes de Producciones Propias; Bleeding Richie (Richie el que sangra).

Bleeding Richie(Richie, el que sangra)

Introducción.

Mira la luna. Yacen a su alrededor numerosos cuerpos sin vida. El silencio de la helada brisa nocturna regocija a Richie.
Muestra en su cara la expresión del que ha ganado mil batallas de muerte y agonía sin un rasguño. Verlo directamente es como ver la mismísima noche. Es quedar paralizado por la admiración que produce tremenda presencia.
Si haciendo nada inspira profundo temor el verlo clavar en su víctima una finísima pluma roja centelleante es una escena aun mas perturbadora. Se lo ve tan frio, tan inexpresivo, tan impasible, aun cuando su boca se acerca a la incisión puede vérselo cual rostro de esfinge.
Pero no cuando la mueca de sombrío placer usurpa su rostro. No cuando se roba la extinta vida de quienes ha asesinado sin remordimientos ni piedad alguna. No cuando con la tranquilidad con la que un niño toma su jugo él bebe de la opacidad roja que todos tememos ver.
Aterra pero también intriga y es que ¿como él, siendo de una apariencia tan apropiada a la de su corta edad y con todas las de pasar desapercibido siendo erróneamente catalogado como un adolescente común es capaz de tal masacre?
Es el cómo pero también el porqué. ¿Porque haría esto?
De su esencia también se desprende el discreto olor del que busca respuestas, del que tiene más dudas que certezas. Momento pasado aquel cuando su frialdad era su mascara y su carta de presentación era el miedo. ¿Que quedara ya de ese que infunde temor con una mueca similar a una sonrisa?
Porque ahora un joven ha ocupado su lugar, un joven que se acomoda la negra corbata y se ríe cual infante recordando una travesura pasada, porque ahora este Richie se dispone a marcharse como si nada.
¿Quién diría que Richie camina a su casa todos lo días normalmente como cualquiera de su edad a estas horas? Él se dirige con un paso tan normal y preguntándose cuando conseguirá novia que ni siquiera se inmuta cuando la policía va en dirección contraria a la suya. El solo camina y camina como si hace dos horas hubiese estado en un club bailable como los demás.
Al llegar al edificio de departamentos donde se aloja y previamente saludando a todo aquel con el que se encontraba entra sin más directamente a la cama, debajo de la cual saca una libreta que escribe con un su pluma roja. Al cabo de un rato al parecer se cansa y decide descansar, quien sabe que tenga que hacer mañana. Duerme como el joven hijo de cualquiera, inquieto, hablando dormido, roncando, y demás. ¿Qué lo haría diferente?
Placido y con cara de satisfacción bajo el hechizo del sueño espera el próximo día con ansiedad.

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